¿Existen los extraterrestres? Una respuesta bíblica sobre Dios y el universo
- Fernando Arias
- hace 1 día
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El universo y los rumores de vida extraterrestre: lo que revela la Palabra de Dios
En los últimos tiempos han circulado rumores, noticias y hasta predicciones que afirman que “seres extraterrestres” vendrán a la Tierra. Algunos lo relacionan con objetos espaciales avistados, otros con señales en los cielos, y otros más con teorías conspirativas. Estas ideas despiertan curiosidad, miedo e incluso ansiedad en muchos corazones.
Sin embargo, como creyentes, no debemos guiarnos por la especulación, sino por la Palabra de Dios y por la seguridad de que el Señor es soberano sobre todo lo que existe. La Escritura nos recuerda: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan” (Salmo 24:1).

Dios nunca permite una irrupción sin Su autorización
Una verdad fundamental es que nada ni nadie entra en la Tierra sin el permiso de Dios. El universo entero está bajo su gobierno, y cada intervención en el plano humano ocurre solo cuando Él lo dispone.
En el libro de Job vemos cómo Satanás mismo tuvo que pedir permiso a Dios para tocar a su siervo (Job 1:12).
En el Nuevo Testamento, Jesús recordó a Pilato: “Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba” (Juan 19:11).
Esto significa que ni ángeles, ni demonios, ni fuerzas espirituales, ni supuestos “extraterrestres” pueden irrumpir en el mundo creado sin que Dios lo permita.
Manifestaciones siempre en forma comprensible al hombre
La Biblia muestra que, cuando Dios ha permitido la aparición de ángeles, ellos toman forma humana o algo muy cercano a ello.
Abraham recibió a tres varones en Mamre, y uno de ellos era el mismo Señor (Génesis 18:1-3).
Los ángeles que visitaron a Lot en Sodoma aparecieron como hombres (Génesis 19:1-3).
Hebreos nos recuerda: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Hebreos 13:2).
A lo largo de la Biblia vemos que Dios nunca ha permitido la entrada de seres espirituales sin su consentimiento. Los ángeles, incluso los caídos, cuando se manifestaban ante los hombres lo hacían tomando forma semejante a lo humano. Y en el mayor de los ejemplos, Jesucristo mismo, siendo eterno, se encarnó y nació en medio de nosotros en forma de hombre (Juan 1:14; Filipenses 2:6–7). Esto confirma que toda manifestación en la Tierra ocurre bajo la soberanía y el permiso de Dios.
Además, en ninguna parte de la revelación bíblica se presenta la llegada de criaturas extrañas de otro planeta con apariencia alienígena. Cada vez que Dios quiso intervenir lo hizo de una manera comprensible para el ser humano. Jesús no vino con una forma extraña o distante, sino en la manera más cercana y accesible: hecho hombre.
La centralidad del plan de Dios en la historia humana
La Biblia no nos habla de seres externos al plan de redención que vengan a alterar la historia de la Tierra. Lo que sí nos anuncia es que habrá señales en los cielos, guerras, rumores de guerras y fenómenos naturales que sacudirán al mundo antes de la venida de Cristo (Mateo 24:6-7, Lucas 21:11). Pero todo eso forma parte del diseño de Dios para que su propósito eterno se cumpla.
Nuestra esperanza no está en prepararnos para una supuesta invasión alienígena, sino para el retorno glorioso de Jesucristo. “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mateo 24:30).
La manipulación mediática y la viralidad de los rumores
En medio de los rumores y del ruido mediático, nuestra fe nos sostiene en paz. El Señor Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).
Vivimos en un tiempo donde los medios de comunicación y las redes sociales no solo informan, sino que muchas veces buscan impacto, visibilidad y seguidores, incluso a costa de la verdad. La comunicación moderna ha sido ampliamente estudiada, y existen teorías que ayudan a entender cómo funcionan estas dinámicas.
Acá te dejo algunas:
Agenda Setting (McCombs y Shaw, 1972): los medios no dicen exactamente qué pensar, pero logran que pensemos en lo que ellos quieren al destacar ciertos temas. Así, cuando constantemente se habla de “un objeto misterioso en el espacio”, eso se convierte en tema de conversación mundial.
Gatekeeping (Lewin, 1947; White, 1950): periodistas, editores y plataformas deciden qué información pasa y qué se descarta, abriendo o cerrando puertas según intereses políticos, comerciales o de audiencia.
Framing (Goffman, 1974; Entman, 1993): no solo importa lo que se comunica, sino cómo se comunica. Es distinto hablar de un “posible cometa interestelar” que decir “misteriosa nave alienígena acercándose a la Tierra”. El segundo encuadre genera miedo, morbo y clics.
Efecto Cultivo (Gerbner, 1976): la exposición repetida a ciertas narrativas hace que las personas terminen percibiéndolas como más reales o frecuentes de lo que en verdad son.
Además, estudios recientes han demostrado que las noticias falsas se difunden más rápido que las verdaderas. Una investigación del MIT (Vosoughi, Roy y Aral, Science, 2018) analizó más de 126,000 historias en Twitter y concluyó que las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidad de ser compartidas porque suelen apelar al miedo, la sorpresa o la curiosidad.
La Biblia ya advertía sobre esto cuando dice: “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14). Pablo exhorta a la iglesia a madurar en la fe, para no ser como niños que cambian de parecer fácilmente y se dejan arrastrar por “vientos de doctrina”. En su tiempo se refería a enseñanzas falsas que confundían a los creyentes, y esa verdad sigue vigente hoy: rumores y noticias sensacionalistas buscan desestabilizar y sembrar temor. Por eso necesitamos permanecer firmes en la verdad de Cristo, discerniendo con madurez y sin dejarnos manipular.
Palabras finales
Si escuchar o lees noticias de objetos interestelares, supuestas naves o teorías conspirativas, recordemos que nada de eso puede tomar por sorpresa al Dios Todopoderoso. Él es el Señor de la historia y el dueño del universo.
Tu vida, tu familia y este mundo no están en manos de extraterrestres, teorías o rumores. Todo está en las manos de Dios. Él ha guardado la Tierra desde la creación y seguirá haciéndolo hasta el fin. En lugar de temer, levantemos nuestra mirada en esperanza. Cristo viene pronto, y su venida no será un rumor, ni una especulación, ni un avistamiento ambiguo. Será gloriosa, visible y victoriosa.
Mientras tanto, vivimos confiados en la promesa:“Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob” (Salmo 46:7).
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