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La Mezcla Perfecta: Una Reflexión sobre Romanos 8:28 a través de mis Panqueques

  • Foto del escritor: Fernando Arias
    Fernando Arias
  • 23 jun 2024
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 24 jun 2024


Cuando era muy joven, enfrentaba una serie de dificultades que me parecían insuperables. No entendía cómo cada contratiempo, cada desafío, podía tener algún propósito positivo. Una noche, mientras leía la Palabra de Dios, me encontré con Romanos 8:28: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."


Medité sobre este versículo. ¿Cómo era posible que todas las cosas, sin excepción, pudieran obrar para bien? En mi mente, "todo" incluía los momentos de dolor, las decepciones y las pruebas difíciles. Me parecía incomprensible.


A la mañana siguiente, mientras preparaba mis panqueques favoritos, Dios me habló al corazón de una manera inesperada. Frente a mí tenía los ingredientes: harina, huevo, aceite y leche. Pensé, "¡Jamás me comería estos ingredientes por separado! Qué desagradable sería." Sin embargo, sabía que al combinarlos y cocinarlos adecuadamente, se convertirían en un plato delicioso.


Dios me mostró una poderosa lección a través de esos ingredientes. Así como no disfrutaría comiendo harina o aceite solos, las dificultades de la vida, tomadas individualmente, pueden ser amargas y desagradables. Pero en las manos de un Maestro, estos ingredientes aparentemente sin sentido se transforman en algo hermoso y bueno.


Al igual que los panqueques requieren la mezcla de varios ingredientes en la medida correcta y un proceso de cocción, nuestras vidas necesitan la combinación de diversas experiencias, incluso las difíciles. Dios, en su infinita sabiduría, sabe cómo mezclar y utilizar cada aspecto de nuestra vida para su gloria y para nuestro bien.


Recordé a los héroes de la fe como José, David y Moisés. José fue vendido como esclavo por sus hermanos y encarcelado injustamente, pero Dios usó esas experiencias para elevarlo a una posición de gran autoridad y salvar a muchas vidas. David fue perseguido y tuvo que esconderse en cuevas, pero esas experiencias lo prepararon para ser un rey según el corazón de Dios. Moisés huyó al desierto después de cometer un asesinato, y allí, en su soledad y humildad, Dios lo llamó para liberar a su pueblo.


Estos ejemplos me ayudaron a entender que las adversidades en la vida no son agradables por sí mismas, pero bajo el control de Dios, pueden ser usadas para un propósito mayor. Él puede tomar las partes amargas y dolorosas y transformarlas en algo que obre para bien.


Al degustar mis panqueques, comprendí que Dios estaba usando esa sencilla experiencia culinaria para mostrarme una verdad profunda. Las pruebas y dificultades de mi vida eran como los ingredientes crudos: desagradables por separado, pero necesarias para crear algo bueno cuando se mezclan en la manera correcta.


Así que, cuando enfrentes dificultades, recuerda que Dios es el Maestro Chef. Confía en que Él está trabajando todas las cosas juntas para tu bien, conforme a su propósito. Aunque no siempre veamos el producto final, podemos tener la certeza de que en sus manos, cada ingrediente de nuestra vida será usado para un propósito glorioso.


Romanos 8:28 no es solo un versículo para memorizar; es una promesa para vivir. En cada circunstancia, buena o mala, Dios está obrando para nuestro bien, para aquellos que lo aman y son llamados conforme a su propósito. Tal como los ingredientes de mis panqueques, nuestras vidas están en las manos de un Dios que sabe exactamente cómo mezclarlas y cocinarlas para producir algo maravilloso.


¡Dios te bendiga!

 
 
 

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