El Significado del Pesaj (La Pascua): 3a parte
- Fernando Arias
- 28 abr
- 4 Min. de lectura
Bienvenido a esta serie especial de estudio y reflexión sobre el Pesaj (La Pascua). A lo largo de tres artículos, hemos explorado el profundo significado de esta celebración bíblica, desde sus raíces históricas hasta su cumplimiento perfecto en Jesucristo, y su aplicación para nuestra vida de fe hoy.
Te invito a recorrer este camino de enseñanza, meditación y renovación espiritual:
Primera Parte: El origen y significado histórico del Pesaj
Segunda Parte: La tipología de Cristo en el Pesaj
Tercera Parte: La aplicación del Pesaj para el creyente hoy
Cada lectura fue diseñada para edificar tu conocimiento de la Palabra y fortalecer tu relación con Dios. Que este recorrido haya despertado en tu corazón gratitud, fe y esperanza en nuestro Señor Jesucristo, el verdadero Cordero de Dios.
A lo largo de esta serie, hemos recorrido juntos el camino del Pesaj: primero explorando su origen y significado histórico en el pueblo de Israel, y luego contemplando su profunda tipología cumplida en Cristo, el Cordero de Dios. Hoy llegamos al último tramo de este estudio, preguntándonos: ¿qué significado tiene el Pesaj para nuestras vidas como creyentes en la actualidad?
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LA APLICACIÓN DEL PESAJ PARA EL CREYENTE HOY

La Pascua no es solo una historia del pasado ni un símbolo de redención futura. Es también un llamado presente a vivir bajo la gracia, la libertad y la esperanza que Dios nos ha dado a través del sacrificio de Jesús.
Cuando leemos el relato de Éxodo 12, encontramos que la sangre del cordero debía ser colocada en los dinteles de las casas para que el juicio pasara de largo. Hoy, como hijos de Dios, vivimos bajo la protección de la sangre del Cordero perfecto, Jesucristo. No tememos la condenación, porque su sacrificio eterno nos ha redimido. Cada día estamos llamados a recordar que hemos sido comprados, no con oro ni plata, sino "con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (1 Pedro 1:19 RVR1960).
Pero el Pesaj también enseña acerca de la necesidad de santidad. Dios mandó a los israelitas a apartar la levadura de sus casas:
"Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel." (Éxodo 12:19, RVR1960)
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo retoma esta enseñanza, animándonos:
"Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad." (1 Corintios 5:7-8, RVR1960)
Así como ellos debían quitar toda levadura de sus casas, nosotros somos llamados a vivir vidas limpias de pecado, perseverando en la santidad y la verdad.
El Pesaj también celebra la libertad. Aquella noche, después de la muerte de los primogénitos, Faraón dejó ir al pueblo de Dios:
"E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho." (Éxodo 12:31, RVR1960)
Del mismo modo, Cristo nos ha librado de la esclavitud del pecado. Ya no somos esclavos; somos libres para servir a Dios con alegría, libres para caminar en la plenitud de su propósito. Como declara Romanos 6:22 (1960):
"Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna."
Finalmente, el Pesaj nos apunta hacia el futuro glorioso que nos espera. Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos:
"Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios." (Lucas 22:16, RVR1960) "Porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga." (Lucas 22:18, RVR1960)
Cada vez que recordamos el sacrificio del Cordero, miramos hacia adelante con esperanza, sabiendo que un día nos sentaremos con Él en el banquete del Reino. Allí la redención será completa, y celebraremos la victoria eterna de nuestro Señor.
La Pascua no es solo memoria, sino también anticipación. Nos recuerda quiénes éramos, quiénes somos ahora en Cristo, y quiénes seremos cuando Él regrese.
Oremos juntos:
Señor, gracias por la redención que nos has dado a través del sacrificio de Jesús, el Cordero de Dios. Gracias porque vivimos bajo su sangre, protegidos y perdonados. Ayúdanos a apartar de nuestras vidas toda "levadura de pecado", y a caminar en sinceridad y verdad delante de Ti. Haznos conscientes de la libertad que tenemos en ti para vivir como tus hijos en santidad y gozo. Mantén en nosotros la viva esperanza del día en que celebraremos contigo en el Reino eterno. En el nombre de Jesús, amén.
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Gracias de corazón a todos quienes han seguido esta serie completa sobre el Pesaj: su origen histórico, su tipología en Cristo, y su aplicación a nuestras vidas hoy. Te animo a seguir visitando esta página, donde comparto material de estudio bíblico y recursos de lectura para tu edificación espiritual. ¡Que Dios continúe fortaleciendo tu fe y tu caminar en Él y con Él!
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