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El Significado del Pesaj (La Pascua): 2a parte

  • Foto del escritor: Fernando Arias
    Fernando Arias
  • 24 abr
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 26 abr

Presentación de la serie:

Cada cierto tiempo, Dios nos invita a volver nuestra mirada a las raíces de nuestra fe y a las señales que Él mismo ha dejado a lo largo de la historia para revelarnos su amor, su justicia y su plan de redención. Una de esas señales es la celebración del Pesaj, conocida en nuestro idioma como la Pascua. Más que una costumbre, Pesaj es una cita con Dios que nos enseña sobre libertad, redención y su propósito eterno.


Por eso, he decidido preparar una serie especial de tres enseñanzas en las que profundizaremos en el significado y valor de esta celebración, no solo desde su contexto histórico, sino desde su cumplimiento profético y su relevancia para nosotros hoy.


En esta ocasión, te comparto la segunda parte de la serie.


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LA TIPOLOGÍA DE CRISTO EN LA PASCUA


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En la primera parte de esta serie exploramos el origen del Pesaj (la Pascua) como una celebración fundamental para el pueblo de Israel. Recordamos cómo esa noche marcó su salida de Egipto y el comienzo de una nueva vida como nación redimida por Dios. Sin embargo, más allá de su valor histórico, el Pesaj encierra una profunda riqueza espiritual que apunta al cumplimiento pleno en Jesucristo, el Mesías.


Este tipo de enseñanza es lo que en teología se conoce como tipología. La tipología es una forma de interpretación en la que personajes, eventos u objetos del Antiguo Testamento actúan como figuras o "tipos" que revelan verdades profundas en el Nuevo Testamento. En otras palabras, lo que sucedió en el Éxodo fue real, pero al mismo tiempo, Dios lo diseñó como una antesala profética del sacrificio de Jesús, el verdadero Cordero de Dios.


Con esto en mente, en este segundo estudio desglosaremos los principales símbolos del Pesaj para descubrir cómo cada uno de ellos fue una sombra que se cumplió perfectamente en Cristo.


A continuación veremos:

  • El Cordero sin defecto

  • La sangre en los dinteles

  • El juicio que pasa de largo

  • El pan sin levadura

  • Comer el cordero entero, con amargura y prisa


Cada uno de estos elementos revelará aspectos esenciales del Evangelio y del carácter de Jesús como nuestro Redentor.


1. El Cordero sin defecto

“El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras.”— Éxodo 12:5 RVR1960

Desde el principio, Dios pidió un cordero sin defecto para el sacrificio pascual. No bastaba con cualquier animal; debía ser perfecto, sano y completo. Esta exigencia no era un simple rito ceremonial, sino una sombra del Mesías.

“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”— Juan 1:29 RVR1960
“Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.”— 1 Pedro 1:19 RVR1960

Jesús vivió sin pecado y sin mancha alguna. Fue el único que pudo cumplir esa figura del cordero puro y perfecto.


2. La sangre en los dinteles

Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer.”— Éxodo 12:7

Aquella noche en Egipto, la sangre en las puertas era la única señal que protegía a los primogénitos del juicio de Dios. No se trataba de religiosidad, obras o buena conducta. Solo la sangre los cubría. Hoy, eso apunta de forma poderosa a la obra de Jesús la cruz.

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.”— Efesios 1:7

La sangre de Jesús no solo cubre, limpia. En la cruz, no solo pasamos de ser esclavos a ser libres, sino de estar muertos en delitos a tener vida eterna en Él.


3. El juicio que pasa de largo

Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto."- Éxodo 12:12-13

La palabra “Pesaj” significa “pasar por alto” o “pasar de largo”. El juicio no tocó las casas donde estaba la sangre del cordero sacrificado. Esta imagen es clara: el juicio de Dios sigue vigente, pero para los que están en Cristo, ya no hay muerte ni condenación eterna.

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús..." - Romanos 8:1a

Jesús tomó nuestro juicio, nuestra condena, y al creer en Él, somos declarados justos delante de Dios.


4. El pan sin levadura

“Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.”- Éxodo 12:8

La levadura, en la Biblia, representa muchas veces el pecado, la corrupción o la hipocresía. Comer panes sin levadura era símbolo de una vida purificada y consagrada. El pan sin levadura (matzá) era "el pan de la prisa". Era el pan que los israelitas debían preparar sin levadura, porque iban a salir apresuradamente de Egipto, sin tiempo para esperar a que la masa fermentara. Esto lo dice Éxodo 12:39:

“Y cosieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían podido detenerse, ni habían preparado comida.”— Éxodo 12:39
“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.” - 1 Corintios 5:7

Hoy, somos llamados no solo a creer, sino a vivir sin la levadura del pecado, porque el sacrificio de Cristo nos ha hecho nuevos.


5. Comer el cordero entero, con amargura y prisa

Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana lo quemaréis en el fuego. Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la pascua de Jehová.”- Éxodo 12:10-11

Dios no permitió que tomaran solo una parte del cordero. Debían comerlo todo, con las hierbas amargas y listos para partir. Y esto es sorprendente porque el verdadero cristianismo no selecciona "partes de Jesús" para tomar o rechazar. Es decir, no lo recibimos a medias -o por partes-, sino abrazamos su obra y presencia completa, incluso cuando sufrimos.

“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”— 1 Corintios 5:7

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El Pesaj no fue solo un evento histórico ni un simple rito para el pueblo de Israel. Fue una piedra angular en el calendario de Dios, establecida como una figura poderosa de lo que Él haría en su Hijo desde antes de la fundación del mundo.


Cada instrucción, cada símbolo, cada acto de aquella noche en Egipto era una anticipación de algo mayor. Dios no improvisó la cruz. Desde el inicio, Cristo el único capaz de cumplir cada figura, cada detalle y cada promesa. Él no vino solo a salvarnos de la esclavitud Egipcia, sino a establecer un nuevo tiempo: una generación redimida que ahora vive bajo un nuevo pacto.


Cuando celebramos a Jesús como nuestra Pascua, no solo miramos hacia atrás con gratitud, sino que entramos en el corazón del plan de Dios. Un plan que no gira en torno a nosotros, sino en torno a su Hijo. Y al participar de su sangre, de su cuerpo y de su vida, somos incluidos en su plan glorioso.

“Porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”— 1 Corintios 5:7

Hoy, con corazones agradecidos, no solo recordamos el Pesaj, vivimos su cumplimiento, proclamando que el juicio ha pasado, la redención ha llegado, y el Cordero -que es Jesús- reina para siempre.


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¿Qué sigue?


Hemos recorrido los símbolos del Pesaj a la luz de Cristo, y hemos visto que nada fue casual. Cada detalle en aquella noche de liberación apuntaba al sacrificio perfecto de Jesús.


Pero esto aún no termina. En la próxima y última parte de esta serie, profundizaremos en cómo la Pascua no solo fue cumplida en Cristo, sino que también sigue teniendo implicaciones para nuestra vida diaria. Veremos cómo vivir como redimidos, qué significa celebrar la Pascua hoy y cómo el Pesaj aún transforma corazones en nuestro tiempo.


Nos vemos pronto.

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