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Cuando El Día Está Gris

  • Foto del escritor: Fernando Arias
    Fernando Arias
  • 8 oct
  • 1 Min. de lectura

Actualizado: 16 oct

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Esta mañana, mientras conducía bajo la lluvia, me sorprendió cómo el estado del tiempo puede influir en nuestro estado de ánimo. El cielo estaba completamente gris, y por un momento recordé un pensamiento que escribí hace unos quince años: “No dejes que el estado del tiempo afecte tu estado de ánimo.”


Los días grises parecen ocultar el sol y nos hacen creer que ya no está, pero el hecho de no verlo no significa que haya desaparecido. El sol sigue allí, firme, constante, aunque las nubes lo tapen por un momento. Así también ocurre con nuestra vida espiritual. Hay días en los que todo parece oscuro, momentos donde las circunstancias nublan la esperanza, y sentimos como si la presencia de Dios se hubiera ido. Pero su Palabra nos recuerda que “por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7).


La fe nos enseña a confiar aunque no veamos, a creer aunque no sintamos. Dios no cambia con el clima ni se esconde detrás de las nubes de nuestras pruebas. Él sigue siendo fiel, presente, y constante como el sol que nunca deja de brillar.


Así que si hoy tu día fue gris o estás atravesando una temporada nublada, recuerda esto: el estado del tiempo no determina tu estado de ánimo, y las circunstancias no determinan la fidelidad de Dios.


El sol sigue allí, y Dios sigue contigo.


-Fernando Arias

 
 
 

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