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  • Foto del escritorFernando Arias

Cuando lo que haces hoy es precisamente lo que Dios busca


En nuestra búsqueda de seguir a Jesús, a menudo nos enfrentamos a la idea de renunciar a aspectos fundamentales de nuestras vidas. La creencia arraigada de que el llamado es sinónimo de abandono nos hace temer perder aquello que consideramos nuestras herramientas más preciadas. Sin embargo, la historia bíblica está llena de ejemplos que desafían esta noción, demostrando que Dios puede tomar lo que ya somos y transformarlo en instrumentos poderosos para su Reino.


Moisés: Del Pastor al Líder

Moisés, un simple pastor en el desierto, recibió el llamado de Dios para liderar a toda una nación hacia la tierra prometida. Su oficio aparentemente mundano de pastorear ovejas se convirtió en la plataforma desde la cual Dios desplegaría su plan redentor para Israel. A través de Moisés, aprendemos que Dios puede usar nuestras habilidades y experiencias cotidianas para propósitos más grandes de los que podríamos imaginar.

"Yo estaré contigo; y este será tu señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte." - Éxodo 3:12 (RVR1960)


Los Pescadores de Hombres

Los primeros discípulos de Jesús eran pescadores ordinarios que dejaron sus redes para seguirlo. Aunque abandonaron su oficio de pescar peces, Jesús los llamó a pescar hombres, convirtiéndolos en los pioneros de la evangelización. Esta transformación radical nos enseña que seguir a Jesús no implica necesariamente renunciar a nuestras habilidades, sino redirigirlas hacia un propósito eterno.

"Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres." - Mateo 4:19 (RVR1960)


Pablo: De Perseguidor a Apóstol

Saulo de Tarso, un feroz perseguidor de los cristianos, experimentó una transformación radical en su encuentro con Cristo. Su destino de persecución se convirtió en un llamado a proclamar el evangelio, convirtiéndose en uno de los más grandes apóstoles de todos los tiempos. La vida de Pablo nos recuerda que incluso aquellos en el camino equivocado pueden ser redimidos y usados por Dios para su gloria.

"Mas el que nos conforta a nosotros en toda nuestra tribulación, para que podamos también nosotros confortar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios." - 2 Corintios 1:4 (RVR1960)


Jesús: El Restaurador de Destinos

El ejemplo supremo de transformación lo encontramos en Jesús mismo. Hijo de un carpintero, Jesús se convirtió en el Salvador del mundo, restaurando la relación entre los hombres y Dios. Su vida terrenal nos muestra que Dios puede tomar lo ordinario y convertirlo en algo extraordinario para su gloria.

"Y Jesús les dijo: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres." - Mateo 4:19 (RVR1960)


Un Testimonio Personal: Descubriendo la Orquestación Divina en mi Vida

Durante muchos años, me debatí entre la incertidumbre y la búsqueda de un propósito claro. Me cuestionaba cómo mi vida anterior, aparentemente desconectada de un llamado pastoral, podría tener alguna relevancia en mi futuro ministerial. Sin embargo, a medida que reflexiono sobre mi trayectoria, veo cómo Dios ha tejido cada experiencia, cada encuentro y cada habilidad en un hermoso tapiz de preparación para mi llamado actual.


Mi tiempo dedicado a la educación me enseñó lecciones invaluable sobre la importancia del maestro en la transmisión del conocimiento y la verdad. Esta experiencia se convirtió en el cimiento sobre el cual construir mi capacidad para enseñar y predicar el evangelio con claridad y pasión.


Desde una edad temprana, la música ha sido una parte integral de mi vida. Cada acorde, cada

nota, cada melodía resonaba en mi corazón, y a través de ella, aprendí sobre el poder de la alabanza y la adoración. Dios utilizó mi formación musical para equiparme con herramientas que hoy en día utilizo en mi ministerio, comprendiendo la profunda conexión entre la música y la intimidad con Dios.


Además, durante años, tuve el privilegio de compartir mi fe y mis dones artísticos con jóvenes de diversas edades. En esos momentos, Dios me mostró la importancia de animar a otros a utilizar sus talentos y sueños para glorificarlo. Cada interacción, cada conversación, fue parte de un proceso más amplio de preparación para el ministerio que ejerzo hoy.


Al mirar hacia atrás, puedo ver claramente cómo Dios ha estado obrando en cada etapa de mi vida, incluso en aquellas que inicialmente parecían no tener relación con mi llamado pastoral. Mi historia es un testimonio vivo de la orquestación divina, donde cada experiencia ha sido cuidadosamente diseñada para equiparme y prepararme para servir en su Reino. Que mi vida sea un testimonio de la fidelidad y el poder transformador de Dios, quien puede tomar lo ordinario y hacerlo extraordinario para su gloria.


En conclusión, no debemos temer seguir a Jesús por miedo a perder nuestra identidad o nuestras habilidades. Más bien, debemos confiar en que Dios puede tomar lo que somos y lo que hacemos, transformándolo para su gloria y para el avance de su Reino. Que podamos seguir el ejemplo de Moisés, los discípulos, Pablo y, sobre todo, de Jesús, permitiendo que Dios use nuestros oficios y destinos para su gloria y el bien de los demás.

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