JOVEN: no caigas en la trampa
- Fernando Arias
- 3 jun 2023
- 3 Min. de lectura

En la etapa de la adolescencia, te encuentras en un período crucial de descubrimiento, crecimiento y formación de tu identidad. Durante este tiempo, es común que te veas influenciado por el mundo que te rodea: sus tendencias, valores y perspectivas.
Sin embargo, es fundamental recordar la importancia de mantener tu mente puesta en Jesús y de no permitir que las cosas del mundo te desvíen de tu camino con Dios. En este artículo, exploraremos por qué como adolescente debes tener tu mente puesta en Jesús y cómo hacerlo, junto con consejos y versos bíblicos que te guiarán en este propósito.
El mundo y sus trampas:
El mundo está lleno de distracciones y tentaciones que pueden desviar tu atención de lo que realmente importa. Las presiones sociales, las modas pasajeras y la búsqueda constante de aprobación pueden alejarte de nuestra fe y hacerte perder de vista la verdad eterna. Es crucial reconocer que el mundo no puede satisfacer tus necesidades espirituales y que solo en Jesús encontrarás verdadero significado y propósito. Juan 14:6 TLA te dice: "Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede llegar al Padre si no es por mí." Este verso destaca la exclusividad de Jesús como el camino hacia Dios.
La importancia de una mente enfocada en Jesús:

Al tener tu mente puesta en Jesús, te abrirás a experimentar su amor, paz y guía. Te permite tomar decisiones sabias y alineadas con los principios bíblicos, y te protege de caer en las trampas del pecado y de la superficialidad.
Además, tener una mente centrada en Jesús te brindará una perspectiva eterna, recordándote que tu vida en este mundo es solo temporal y que la verdadera esperanza está en el reino de Dios.
Consejos para mantener tu mente en Jesús:
a) Establece tiempo diario de oración y estudio de la Palabra: Dedica momentos diarios para hablar con Dios en oración y para sumergirte en sus enseñanzas. Esto fortalecerá tu relación con Jesús y te ayudará a crecer espiritualmente. Como dice Filipenses 4:8, uno de los versículos que mi mamá nos recalcaba de pequeños, tanto a mis hermanos como a mí: "Hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo respetable, todo lo justo y todo lo puro. Piensen en todo lo que es amable y merece admiración, en todo lo que es excelente y digno de alabanza."
b) Rodéate amigos que fortalecen tu relación con Dios: Busca amistades y mentores que compartan tu valores morales y te inspiren en tu caminar con Jesús. Participa en grupos de jóvenes o actividades de tu iglesia que te permitan crecer y edificarte junto a otros jóvenes. Mira lo que dice Proverbios 13:20 TLA: "Quien con sabios anda a pensar aprende; quien con tontos se junta acaba en la ruina. Quien con sabios anda a pensar aprende; quien con tontos se junta acaba en la ruina.".
c) Evalúa tus influencias: Sé consciente de las influencias a las que te expones, ya sea en la música, las redes sociales, las películas o los libros. Considera si estas influencias son congruentes con tus valores y con la voluntad de Dios para ti. Como nos enseña 1a Juan 2:15: "No amen el mundo ni las cosas que están en él. Si alguien ama el mundo, no tiene el amor del Padre en él." Las influencias negativas, como las malas compañías, las modas inmorales o los mensajes contrarios a tus valores cristianos, pueden debilitar tu fe y alejarte de una relación íntima con Jesús.
Mantener tu mente en Jesús en medio de las distracciones y tentaciones del mundo es un desafío constante, pero es esencial para tu crecimiento espiritual y tu relación con Dios. Al enfocarte en Jesús, encontrarás paz, sabiduría y dirección en tu vida diaria. Mi oración es que los consejos y versículos bíblicos compartidos en este artículo sean una guía constante en tu adolescencia y que hagas el compromiso de mantener tu mente en Jesús y vivir de acuerdo con su voluntad. Recuerda siempre las palabras de Colosenses 3:2 TLA*: "Dios te dio nueva vida, pues te resucitó juntamente con Cristo. Por eso, dedica toda tu vida a hacer lo que a Dios le agrada. Piensa en las cosas del cielo, donde Cristo gobierna a la derecha de Dios. No pienses en las cosas de este mundo."
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(Texto adaptado a la segunda persona singular por el lector.)



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