ORAR todos los días: fortaleza y conexión con Dios

La oración es una práctica espiritual fundamental en la vida de todo cristiano. A través de la comunicación directa con Dios, podemos experimentar su amor, recibir su guía y fortalecernos en la fe. La Biblia nos insta a orar sin cesar, reconociendo así la importancia vital de mantener una relación íntima con nuestro Padre.

Orar diariamente nos ayuda a renovar nuestra mente y a encontrar consuelo en medio de las dificultades. Al hablar con Dios, depositamos nuestras cargas y preocupaciones en sus manos, confiando en su poder para obrar en nuestras vidas. Este hábito nos permite cultivar una actitud de gratitud y humildad, reconociendo que dependemos de Él en todas las áreas de nuestra existencia.

En la Biblia, encontramos numerosos versículos que nos exhortan a orar constantemente. El apóstol Pablo, en 1 Tesalonicenses 5:17, nos dice: "Orad sin cesar". Esta invitación nos anima a mantener una actitud de oración constante, no limitando nuestra comunión con Dios a momentos específicos del día o de la semana, sino manteniendo un diálogo abierto con Él en todo momento.

El Salmo 55:17 nos enseña: "Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz". recordándonos que podemos acudir a Dios en cualquier momento, sin importar las circunstancias. Orar nos brinda la oportunidad de buscar su presencia, confiando en su respuesta y sabiendo que Él siempre está dispuesto a escucharnos.

Otra ventaja de la oración diaria es que nos ayuda a discernir la voluntad de Dios. En Mateo 6:10, Jesús nos enseña a orar diciendo: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra". Al hacerlo, nos alineamos con los propósitos de Dios y nos abrimos a su voluntad y dirección. Nos acercamos a Él con sinceridad y rendición, buscando su guianza en cada paso que damos.

La oración diaria no fue siempre mi prioridad espiritual cuando era un adolescente. Quizá no había comprendido las enormes ventajas de hacerlo con esa frecuencia. No obstante, a los 13 años de edad, comprendí por medio de una hermosa experiencia, que Dios sí responde a nuestras peticiones cuando están en completa alineación con su voluntad para nosotros. En otra ocasión, compartiré el testimonio en este Blog de cómo vi su mano misericordiosa cumplir un anhelo personal que Dios usó a su favor para glorificarse en mi vida.

En fin, orar es una herramienta espiritual que nos permite experimentar la presencia de Dios de manera íntima y profunda. Nos fortalece, consuela y conecta con el corazón del Padre. Así como nos alentó Jesús en Lucas 18:1, debemos orar siempre, sin desanimarnos, confiando en que Dios está obrando en nuestras vidas y respondiendo a nuestras peticiones de acuerdo con su perfecta voluntad.

La importancia de orar diariamente radica en el fortalecimiento de nuestra relación con Dios y en la apertura a su dirección en nuestro andar.

Recordemos siempre las palabras del salmista en Salmo 145:18: "Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras".

¡Dios está a una oración de distancia!