¿Por qué orar si Dios ya sabe todo?
- Fernando Arias
- 21 jul
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 22 jul
Aunque he sido cristiano toda mi vida, recuerdo que cuando empecé a caminar con Dios ya en mi juventud, me preguntaba si realmente tenía sentido orar por cosas que Dios ya sabía. Si Él es soberano, omnisciente y conoce mis pensamientos incluso antes de que yo los exprese, ¿por qué insistir en la oración? ¿Por qué no simplemente confiar en que Él hará lo mejor y ya?
Con el tiempo, y con muchas experiencias de vida y fe, fui descubriendo que la oración no es un trámite espiritual, ni una fórmula para obtener lo que quiero. Es, más bien, una relación que se profundiza con los días. Un lenguaje que se aprende con el corazón, no con el intelecto. Un proceso que transforma más al que ora que a lo que se ora. Aprender a orar no es fácil... definitivamente es un proceso. Pero como todo en la vida cristiana, hay que comenzar. Hay que dar el primer paso.

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