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Devocional de Semana Santa: Jueves Santo

  • Foto del escritor: Fernando Arias
    Fernando Arias
  • 17 abr
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 17 abr

Continuamos con nuestro recorrido diario por los acontecimientos que marcaron la última semana de la vida de Jesús en la Tierra. Desde su entrada triunfal en Jerusalén (Domingo de Ramos), hemos meditado sobre cada suceso que preparó el camino hacia la cruz y la resurrección. Cada día ha dejado una enseñanza, una advertencia y una invitación a reflexionar sobre nuestra fe.


Si hoy te estás uniendo a este devocional, te animo a leer también los devocionales anteriores que encontrarás en este sitio. Podrás seguir, paso a paso, cómo se fue desarrollando esta Semana que transformó la historia de la humanidad y que, aún hoy, sigue hablando al corazón de todo aquel que desea acercarse a Dios.


Directorio de Devocionales Pasados:

"Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo." Mateo 26:26
"Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo." Mateo 26:26

Este Jueves Santo nos invita a detenernos y contemplar el amor, la obediencia y la entrega de Jesús, en medio de traiciones, despedidas y oraciones angustiadas. Es un día para valorar la comunión con Dios, reconocer nuestra fragilidad humana y aprender el verdadero significado de servir.


Lectura bíblica

A continuación, te recomiendo leer los siguientes pasajes en el marco de este día: Mateo 26:17-75, Juan 13:1-38, Lucas 22:7-62. Sin embargo, por si tu tiempo es limitado, te proporciono algunos versículos clave de los acontecimientos de este día.


Versículos clave del Jueves Santo. Te los dejo en el orden de las reflexiones que haré después:


  1. La Institución de la Santa Cena:

    Mateo 26:26-28: 26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.


  2. La Predicción de la Traición de Judas:

    Mateo 26:21-25: 21 Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? 23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ese me va a entregar. 24 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. 25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.


  3. El Lavado de los pies de los discípulos:

    Juan 13:12-14: 12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.


  4. La Oración en el Huerto de Getsemaní:

    Mateo 26:39: "Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú."


  5. La Traición de Judas y Arresto de Jesús:

    Mateo 26:47-50: "47 Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle. 49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. 50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron."


  6. La Negación de Pedro:

    Mateo 26:69-75: "69 Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. 70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. 71 Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También este estaba con Jesús el nazareno. 72 Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre. 73 Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. 74 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo. 75 Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente."


Reflexión

Hemos llegado a uno de los días más solemnes y significativos de la Semana Santa. El Jueves Santo reúne varios de los momentos más profundos en la relación de Jesús con sus discípulos y marca el inicio de la pasión. Te recomiendo escuchar "Pan de Vida".


Los evangelios narran que Jesús, sabiendo que su hora había llegado, deseó compartir una última cena con sus discípulos. Fue en ese escenario donde instituyó lo que hoy conocemos como la Santa Cena. Durante esa cena, Jesús hizo una dolorosa revelación: uno de los que estaban con él le traicionaría. Los discípulos se preguntaban unos a otros quién sería, y finalmente Judas Iscariote fue identificado como el traidor. No obstante, antes de salir, Jesús lavó los pies de todos, enseñándoles con este acto, el valor de la humildad, el servicio y el amor incondicional, aun hacia aquellos que no nos corresponden de la misma manera.


Después de la cena, Jesús y sus discípulos se dirigieron al Huerto de Getsemaní. Allí, en agonía, Jesús oró al Padre, reconociendo la carga que estaba por venir, pero sometiéndose a su voluntad. Este momento muestra la humanidad de Cristo, su dolor emocional y espiritual, y su entrega absoluta. Mientras Jesús oraba, los discípulos dormían, incapaces de velar siquiera una hora: "Y vino a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?" (Mateo 26:40).


Finalmente, Judas llegó con los soldados, marcando la traición con un beso. Jesús fue arrestado y llevado ante las autoridades religiosas. Esa misma noche-madrugada, Pedro negó conocerlo tres veces, tal como Jesús le había advertido. El canto del gallo marcó la amarga conciencia de Pedro sobre su debilidad y el cumplimiento de la palabra de Jesús: "Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente." (Mateo 26:75).


Lección para hoy

El Jueves Santo nos recuerda la importancia de la comunión con Dios y los hermanos, el llamado a servir sin esperar nada a cambio, y la necesidad de velar espiritualmente para no caer en la tentación. Así como Pedro falló al confiar en sus propias fuerzas y no mantenerse en oración, y más adelante negó a Jesús tres veces, también nosotros somos vulnerables cuando descuidamos nuestra relación con Dios. Por su parte, Jesús, en medio de su dolor, nos mostró que la verdadera fortaleza está en la obediencia al Padre.


Dato interesante

El gesto de Jesús al lavar los pies de sus discípulos tenía un significado cultural y espiritual. En el mundo del primer siglo, lavar los pies era una tarea reservada para los esclavos, no para un maestro o señor. Al hacerlo, Jesús rompió los esquemas sociales y religiosos de su época, enseñando con hechos lo que había predicado: “Pero ustedes no deberán ser como ellos. El más importante entre ustedes debe ser como el menos importante de todos; y el jefe de todos debe servir a los demás” (Lucas 22:26 TLA).


Por otro lado, en términos históricos, la Pascua se celebraba en recuerdo de la liberación del pueblo de Dios que fue esclavo en Egipto. Esa misma noche, mientras toda Jerusalén recordaba el cordero sacrificado, Jesús estaba a punto de ofrecerse como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.


Oración

Jesús, gracias por tu amor inmerecido y por enseñarnos a servir con humildad. Ayúdame a no confiar en mis propias fuerzas, sino a velar en oración y depender de ti en todo momento. Que no olvide jamás el sacrificio que hiciste por mí y que, cuando caiga, tenga la humildad de volver a ti. Que este día me lleve a valorar la comunión contigo y a recordar que en la obediencia está la verdadera fortaleza. Amén.


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Todas las citas bíblicas en el devocional están en la versión Reina Valera 1960, excepto cuando se indica otra versión o traducción en el texto.

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