Devocional de Semana Santa: Viernes Santo
- Fernando Arias
- 18 abr
- 5 Min. de lectura
¡Bienvenido! Me alegra saludarte en este Devocional de Semana Santa. Si es tu primera vez, quiero decirte que esta es una serie de lecturas diarias que hemos preparado para recordar y reflexionar sobre los momentos más significativos de la última semana de Jesús antes de su resurrección.
Si has venido siguiéndonos durante estos días, gracias por permanecer y acompañarme en este caminar hacia la cruz y la tumba vacía.
Si deseas leer las reflexiones anteriores, aquí te dejo los enlaces para que puedas repasarlos:
Directorio de Devocionales Pasados:
Hoy llegamos al Viernes Santo, un día solemne y profundamente significativo para nuestra fe.

Breve reseña cronológica del día
El Viernes Santo es el día en que Jesús fue entregado para ser crucificado. Desde la madrugada fue llevado de un juicio a otro: de los sacerdotes a Pilato, de Pilato a Herodes, y de nuevo a Pilato. *Devocional de Semana Santa: Viernes Santo*
Hoy es el sexto día de nuestro Devocional de Semana Santa.
El Viernes Santo es el día en que Jesús fue crucificado. Desde la madrugada, fue llevado de un juicio a otro: de los sacerdotes a Pilato, de Pilato a Herodes, y de nuevo a Pilato. A pesar de no encontrar culpa en Él, Pilato cede a la presión de la multitud y entrega a Jesús para que lo azoten, lo abofeteen, lo escupan, se burlen de Él y, finalmente, lo crucifiquen.
Ese mismo día, Jesús fue llevado al Gólgota, donde es crucificado con una corona de espinas entre dos criminales. Durante seis horas su cuerpo colgó de un madero, pronunciando palabras que aún resuenan con poder. Finalmente, entregó el espíritu y murió. Su cuerpo fue bajado antes del anochecer y colocado en una tumba nueva.
Pasajes bíblicos centrales:
Isaías 53:3-7
Mateo 27:27-56
Juan 19:17-30
Hebreos 9:11-15
Lección y reflexión: El Significado de la Cruz
El Viernes Santo es el día donde el amor de Dios se expresa con más intensidad y, al mismo tiempo, donde la volubiildad del corazón humano revela su mayor contradicción.
Hace solo cinco días, una multitud en Jerusalén recibía a Jesús con palmas, mantos y gritos de “¡Hosanna!” creyendo que Él venía a liberarlos de Roma y cumplir sus expectativas humanas de poder y dominio. Pero ahora, muchos de esos mismos labios gritan “¡crucifíquenlo!” posiblemente porque Jesús no cumplió con sus demandas personales.
Esta reacción revela algo profundo: El corazón humano es voluble cuando sus expectativas no se ven satisfechas.
Es fácil seguir a Jesús cuando sus planes parecen coincidir con nuestros deseos. Pero, ¿qué sucede cuando Dios no actúa como esperamos? ¿Cuando no sana como pedimos, no abre las puertas que queremos o no responde en nuestro tiempo? La naturaleza caída del ser humano tiende a voltearse, a alejarse y hasta acusar a Dios de injusto.
La Cruz no solo expone el amor de Dios, también deja en evidencia el carácter frágil del corazón humano. Por eso el sacrificio de Jesús es aún más conmovedor, porque murió por una humanidad capaz de traicionarlo, y sin embargo, en la Cruz, sus palabras fueron: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (de esta frase, construiré un estudio más adelante).
Es fácil aclamar a Jesús cuando cumple nuestras expectativas. Lo difícil es permanecer fiel cuando su voluntad no coincide con la nuestra.
La cruz no fue solo un instrumento de muerte, ¡fue el altar donde se consumó la obra redentora de Dios! Desde la caída del hombre en el Génesis, la humanidad quedó separada de Dios, esclava del pecado y condenada a morir. Pero desde ese momento, Dios preparó su plan de redención.
Teológicamente, la Cruz representa varias cosas:
1. La máxima expresión del amor divino:"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito..." (Juan 3:16). La Cruz revela un amor que trasciende todo entendimiento, donde el inocente toma el lugar del culpable.
2. El cumplimiento de la justicia de Dios: Dios es amor, pero también es justo. El pecado debía ser castigado. En la Cruz, Jesús cargó con nuestras culpas y pagó la deuda que nosotros no podíamos pagar.
3. La reconciliación entre Dios y la humanidad: La Cruz quitó la separación y abrió un nuevo acceso directo a Dios, nuestro Padre. Por eso, cuando Jesús muere, el velo del templo se rasga de arriba abajo ("Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron"- Mateo 27:51), simbolizando que ahora cualquier persona, sin intermediarios humanos, puede acercarse a Dios, pero por medio de Cristo.
4. El quiebre de los poderes espirituales de maldad: En términos espirituales, la Cruz fue una victoria aplastante sobre Satanás y su dominio sobre la humanidad. Colosenses 2:15 lo dice poderosamente:"Dios les quitó el poder a los espíritus que tienen autoridad, y por medio de Cristo los humilló delante de todos, al pasearlos como prisioneros en su desfile victorioso."
5. El inicio de un nuevo tiempo: Históricamente, la muerte de Cristo marcó el fin de la antigua dispensación basada en sacrificios de animales y rituales, y el comienzo de un nuevo pacto sellado con sangre perfecta, eterna y suficiente (Hebreos 9:12).
Este acto único y definitivo transformó no solo la historia religiosa, sino la historia humana. Miles de años después, seguimos celebrando este sacrificio, porque en esa cruz murió (o murieron?) nuestra condena, nuestra culpa y nuestra separación de Dios.
Hoy, el mensaje de la Cruz sigue siendo locura para muchos, pero para los que creen, es poder de Dios para salvación (1 Corintios 1:18).
Dato curioso: el origen de la crucifixión
La crucifixión fue una forma brutal y pública de ejecución que, aunque practicada en la antigüedad por varios pueblos como los asirios y persas, fue perfeccionada y sistematizada por los romanos. Para ellos no era solo castigar, sino humillar al condenado, dejándolo expuesto a la vista de todos como una advertencia.
Se reservaba para:
Esclavos rebeldes
Enemigos del Estado
Criminales graves
Y esto me parece muy interesante: tan vergonzosa era, que un ciudadano romano no podía ser crucificado. Jesús fue condenado a este castigo inmerecido. Lo que era un instrumento de muerte, se convirtió en símbolo de amor. Allí en la cruz, el justo llevó el castigo de los injustos para reconciliarnos con Dios.
Los persas usaban métodos similares a la crucifixión, colgando a los condenados en árboles o postes, pero fueron los romanos quienes perfeccionaron la crucifixión tal como se practicó en tiempos de Jesús.
Hoy es buen momento para preguntarnos: ¿Qué tan constante es nuestro corazón hacia Cristo? ¿Lo seguimos con la misma pasión en el tiempo de gozo como en el tiempo de prueba? ¿Lo honramos cuando su voluntad no coincide con la nuestra? Que esta reflexión no solo nos lleve a conmovernos por lo que hizo en la Cruz, sino a confrontar la inconstancia de nuestro propio corazón y a renovar nuestro compromiso con Él.
Te recomiendo escuchar este himno clásico que conmemora el sacrificio de Jesús:"Gracias" Marcos Witt; Venció, en vivo.)
Oración final
Señor Jesús, infinitas gracias por tu sacrificio en la Cruz. Gracias porque allí llevaste mi culpa, mi vergüenza y mi condena. Ayúdame a recordar cada día el precio que pagaste por mi salvación y a vivir una vida que honre ese amor incomparable. Que nunca se me olvide que fui comprado, no con oro ni plata, sino con tu preciosa sangre. Amén.
Gracias por acompañarnos hoy. Mañana seguiremos con el Devocional de Sábado Santo, un día de silencio antes de la gloriosa mañana de resurrección. No te lo pierdas.
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Todas las citas bíblicas en el devocional están en la versión Reina Valera 1960, excepto cuando se indica otra versión o traducción en el texto.
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